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Ascenso de Platense: Un festejo que comenzó temprano y terminó en la madrugada

El Calamar volvió a la B Nacional luego de ocho años y su gente festejó antes del partido con una inmensa caravana desde Vicente López hasta el estadio de Lanús, durante el cotejo alentando los 90 minutos más el alargue, a la salida en el obelisco y luego recibiendo al plantel en el club en horas de la madrugada. Ya desde temprano se vislumbraba el clima de final: miles de hinchas del Calamar se juntaron en el club desde las 15 horas para iniciar la caravana con la ilusión intacta de ascender. Quince micros y decenas de automóviles partieron hacia Lanús desde Vicente López, pasadas las 16:45.

Entre cánticos, bocinazos y banderas que no paraban de flamear la caravana avanzó a paso lento por General Paz en un horario difícil para cruzar la capital rumbo al sur del conurbano. Pese al tráfico y a la intensa lluvia, arribaron a la cancha del granate pasadas las 19, con el aliciente de que el partido estaba demorado. Con la parcialidad de Estudiantes ya ubicada en uno de los codos de la tribuna visitante, la hinchada de tense hizo su ingreso a la popular local pocos minutos antes de comenzado el partido. Otro grupo de hinchas se ubicó en la platea contigua.

Banderas como: El Talar, B Aviación San Fernando, Wilde y la más grande y visible: La banda del calamar se ubicaron en el alambrado de la cabecera. Desde allí bajaron los cánticos de aliento que incluyeron temas históricos y otros del nuevo repertorio que aluden a "la banda más fiel" como la que suena con el ritmo de "Imposible" de Callejeros.

Lo que sigue es conocido: empate, alargue y el gol del chino Vizcarra que desató la locura. De ahí en más todo fue una fiesta: abrazos, lágrimas, pibes trepados en el alambrado, nerviosismo hasta el último minuto y la explosión que llegó con el pitazo final. Hinchas y jugadores festejando, alambrado por medio, viejos y jóvenes que se abrazaban infinitamente a medida que se cruzaban en la tribuna y el grito de campeón, con la ilusión de volver a la primera división.

La salida fue apoteósica y la fiesta se prolongó a las calles de Lanús. Un grupo decidió seguir el festejo en el obelisco, icono por excelencia de la celebración futbolíistica argentina, otros se fueron para el estadio de Platense a la espera de la llegada del plantel campeón, algo que sucedió entrada la madrugada.

Las puertas del estadio se abrieron y muchos eligieron esperar desde el verde císped del Estadio Ciudad de Vicente López. Más tarde los hinchas se nuclearon sobre la bajada de General Paz y sobre la propia General Paz hasta que arribó el plantel que fue recibido entre cánticos y fuegos artificiales. Los jugadores en el techo del micro con la copa del campeón es una imagen imborrable para todos los hinchas que vivieron una de sus jornadas más felices.

Fuente: www.zonanortediario.com.ar

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