En medio de la crisis hídrica que afecta al centro-oeste bonaerense, un documento oficial reveló que el Gobierno nacional dispuso la “neutralización” de un tramo estratégico del dragado del río Salado, una obra considerada prioritaria para prevenir inundaciones y recuperar millones de hectáreas productivas.
El texto, fechado el 27 de febrero, instruyó a las empresas contratistas —Centro Construcciones, Pentamar, José J. Chediack, Ecodyma, Dragados y Obras Portuarias y Sabavisa— a suspender las tareas en los subtramos A, B y C del Tramo IV, Etapa 2, que comprenden unos 30 kilómetros entre la ruta 205 (Roque Pérez) y el puente que une Ernestina con Elvira, entre los partidos de 25 de Mayo y Lobos. La decisión, en los hechos, implicó frenar completamente las obras.
El dragado forma parte del Plan Maestro Integral del Río Salado, diseñado para mitigar los efectos de las inundaciones y sequías en una zona clave para la producción agropecuaria bonaerense. La etapa afectada fue iniciada en mayo de 2023 con financiamiento nacional, a través del Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica, y con un plazo de ejecución de dos años. Sin embargo, durante 2024 no se giraron fondos, lo que paralizó el avance pese a que el proyecto figura como “prioritario” en el Mapa de Inversiones del propio Estado.
Según registros del Banco de Proyectos de Inversión (Bapin), se necesitan $77.040 millones para completar la obra, pero el desembolso quedó congelado. Los trabajos consisten en la adecuación y profundización del cauce del río mediante dragado y relleno, con el objetivo de permitir el escurrimiento de las aguas y evitar el anegamiento de campos y localidades.
El Tramo IV del plan —el más extenso— abarca 212 kilómetros y atraviesa los municipios de 25 de Mayo, Bragado, Chivilcoy, Alberti, San Miguel del Monte, Roque Pérez, Navarro y Lobos. Su concreción permitiría recuperar entre 2,5 y 3 millones de hectáreas para la producción, beneficiando directamente al agro y la industria regional.
Desde el sector productivo, las críticas no tardaron en llegar. Alberto Larrañaga, presidente del Consejo Honorario del Salado —integrado por la Sociedad Rural, Carbap, Coninagro, Federación Agraria y la Unión Industrial Argentina— advirtió que “estas interrupciones exponen la falta de infraestructura y la demora en obras que deben ejecutarse sin pausas”. Y agregó: “Es inexplicable que las obras del Salado se frenen por falta de financiamiento cuando millones de pesos están durmiendo la siesta en la cuenta del Fondo de Infraestructura Hídrica en el Banco Nación. Por eso reclamamos su inmediata reanudación”.
Mientras los campos permanecen bajo el agua en distritos como Bolívar, 25 de Mayo y Lobos, la parálisis del dragado del Salado vuelve a poner sobre la mesa un problema histórico: las obras que se anuncian como prioritarias pero que no se terminan, con consecuencias directas sobre la producción y el desarrollo del interior bonaerense.


