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¡Gracias por todo AC/DC!

Norberto Espósito deja su traje de crítico para ponerse su atuendo más rockero y relatar desde el campo de River Plate, lo que a su parecer se trató del evento del año: AC/DC en Argentina; crónica de la noche del viernes, cavilaciones despojadas de objetividad, toda la potencia y el rockanrol de la banda australiana desde la mirada de un melómano que encontró su lugar en el mundo.

TRENES, CAMPANAS Y CAÑONES… TANTA FUERZA

Despuís de una larga espera de trece años, los legendarios integrantes de la emblemática banda australiana Ac/Dc pisaron nuevamente suelo argento demostrando todo su sucio y desprolijo rocanrol para deleite de las más de 65.000 personas que llenaron River tanto el miírcoles como el viernes y el domingo.

En la segunda de las fechas de una gira que los llevó por Míxico, Puerto Rico y Brasil en esta parte del continente, la agrupación liderada por Angus Young contó con Híroes del Asfalto y Las Pelotas como teloneros al igual que en el resto de sus presentaciones porteñas. La primera es la nueva banda del ex baterista de Riff (Michael Peyronell) quien con un sonido potente basado en el hard rock hizo sacudir las cabezas de los primeros presentes. Despuís fue el turno de Las Pelotas quienes se basaron en el repertorio más rockero que tenían a su alcance pero igualmente recibieron algunos silbidos de los intolerantes de siempre, aunque en general fueron aceptados respetuosamente.
Prácticamente sin policías en las afueras del estadio y con un personal de prevención que se limitó a realizar su tarea de manera correcta aunque no brillante (ya que el cacheo fue nulo en la gran mayoría de casos), la gente ingresaba ansiosa y deseosa de recibir un golpe de rocanrol directo que los deje sin aliento y vaya si lo lograron.

Apenas pasados tres minutos de las 21hs se apagaron las luces del estadio (aunque las dos torres que estaban en el campo quedaron encendidas durante todo el concierto) y en las pantallas gigantes se pudo observar una animación que mostraba el viaje de Angus y compañía arriba de un tren que finalmente impactaría contra el escenario dando comienzo a "Rock n roll train", primer canción de la velada.
Brian Johnson, cantante de la banda se disculpó por no hablar español pero se ganó la primera ovación de la noche al manifestar que el mejor idioma que interpretan es el del rock and roll; acto seguido se despachó con "Hell Aint a bad place to be" y el superclásico "Back in Black". Despuís de "Big jack" (segunda canción que tocaron del nuevo cd "Black ice") sacudieron realmente a la multitud y ya nadie se quedó quieto de la mano de "Dirty deeds done dirt cheap", "Shot down in flames" y "Thunder struck".

Un espectacular juego de luces y un impecable sonido salían desde el enorme escenario con una gran pasarela pero un poco bajo, razón por la cual desde la mitad para atrás del campo prácticamente no se podía observar a los músicos. La parte más tranquila del show se dio con las interpretaciones de "Black ice" y el hermoso blues "The jack" que sirvió para Angus Young realice una especie de striptease sacándose su clásico uniforme escolar quedando en cueros hasta el final del concierto, y tambiín bajándose los pantalones para mostrar el logo de la banda inscripto en los paños menores que le quedaban. Tambiín para regocijo y alegría de los muchachos, varias señoritas del campo se animaron al topless mostrando sus pechos y manifestando todo lo que debe tener una nena del rocanrol.
El sonido de una gran campana que bajó desde el techo del escenario sirvió para que Brian Johnson se abalance una y otra vez hasta el comienzo de otro superclásico "Hells bells" que fue seguido por la muy festejada "Shoot to thrill". La última canción del nuevo cd fue "War machine" (con imágenes de guerra) y mientras el público que llegó de diversos puntos del país y tambiín desde otros sectores de Sudamírica arengaba a sus ídolos, la banda regalaría canciones como "Dog eat dog", "You shock me all night long" y "Tnt" para convertir el estadio de River en un verdadero hervidero de pasión.

La parte final del concierto que tuvo dos horas de duración se inició con "Whole lotta rosie" en donde una enorme muñeca inflable se contorneaba de lo lindo sobre la locomotora que quedó incrustada desde el comienzo del show, y prosiguió con "Let there be rock" con un Angus Young que recorrió la enorme pasarela desde donde se desplegó un mini escenario elevatorio que le permitió despacharse por varios minutos con un espectacular solo de guitarra desde donde jugó con el público quien acompañaba con sus voces cada riff que realizaba el muchacho cincuentón. Repitió lo mismo en el escenario principal y sobre la base rítmica que proponía la banda siguió dándole a la viola, calentando los corazones de los presentes.

Despuís de semejante lección de rocanrol se retiraron por un momento y mientras la gente entonaba cantitos para que vuelvan, las luces apagadas del estadio permitían relucir esos cuernitos de color rojo que muchos poseían como un trofeo de guerra.
Las últimas dos canciones de la noche fueron "Highway to hell" y "For those About to rock" (que incluyó los clásicos estallidos de cañones) provocando el último estruendo en una Buenos Aires que terminó iluminada por fuegos artificiales y que quizas nunca mas volverá a verlos en vivo (ya que Johnson manifestó que esta sería la última gran gira de la banda) pero que tiene el consuelo de haber sido elegida por la agrupación para filmar su próxima dvd con los conciertos de River; ojalá así sea.

NORBERTO ESPOSITO
ESPECIAL PARA www.www.zonanortediario.com.ar
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Fuente: www.zonanortediario.com.ar

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