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Spinetta y sus bandas eternas, regresando a 1969

Contradiciendo la filosofía spinettiana, que no gusta de revivir el pasado, nos metimos una noche a recorrer el túnel del tiempo rumbo a 1969, cuando Almendra publicada su primer vinilo.
El deseo de sus fieles pudo más que la voluntad del maestro. Pero … ¿quien sino Spinetta para, a travís de su propia historia, hacer este homenaje al rock argentino? La humildad puede ser un magnífico amplificador de maravillosa inmensidad.

La lista de ausentes era más corta que la de invitados. Y el Flaco -cual maestro de ceremonia- arrancó muy formalmente, como si debería pedir disculpas por los que no pudieron estar.

La primera parte servirá para repasar desde el presente hasta los ochenta, y para presentar a los invitados más estelares. Poco a poco fuimos retrocediendo en el tiempo.

Abrió con sus temas más nuevos y sus socios de hoy: Guillermo Vadalá en guitarra, Nerina Nicotra en bajo, Sergio Verdinelli en batería y Claudio Cardone en teclados, los que serán la base para gran parte de lo que vendrá.

Pasamos por los Socios del desierto, con Marcelo Torres en Bajo y Javier Malosetti -reemplazando al fallecido Daniel Wirtz- en batería. Luego empezó a sonar Jade. Con Diego Rapoport haciendo Ella tambiín. Y en el escenario suben el Mono Fontana, Juan Del Barrio, Leo Sujatovich, Beto Satragni, Lito Epumer para hacer sonar Sombras en los álamos, Fina ropa blanca, Alma de diamante, La bengala perdida.

El propio Flaco versiona Mariposas de madera para homenajear a Miguel Abuelo y reconocer su influencia en Muchacha. Rogando que sea del agrado de Javier Martínez, sale una versión rapera de Necesito un amor, con sus hijos Dante y Valentino y la voz de su hermano Guillermo. Tambiín hay un homenaje a Lito Nebbia con El rey lloró. Y un mensaje hacia arriba para recordar a Hugo Fatorusso como el más grande del Río de la Plata.

Otro invitado, Fito Paez para interpretar Las cosas tienen movimiento, y luego del disco La la la, el tema Asilo en tu corazón. Despuís es el turno de Gustavo Ceratti, en Te para tres y Bajan. Y de Juanse, para versionar a Pappo en Adonde esta la libertado. En el medio, un clásico de Artaud, Cementerio club.

La versión de Filosofía barata y zapatos de goma fue el preanuncio de la llegada de Charly García -el momento más aclamado, quizás porque sabemos lo especial que este tiempo para el propio Charly- para hacer juntos y otra vez más … Rezo por vos. Es bueno que lo que era algo casi único empiece a ser más cotidiano. Es un símbolo de los lazos humanos que Spinetta construyó y puso esta noche arriba del escenario en este encuentro musical con sus músicos y amigos del alma.

Su voz parece jugar con sus letras, para escondernos las palabras, para sugerir significados que se nos escapan. Ambas se combinan con una música que pasa del rock, al blues, al jazz, a lo instrumental, al rock pesado, hasta el rítmico pop o un pedacito de rap, pero siempre mantiene la identidad única de Spinetta.

Su figura de traje blanco apenas se mueve, sus manos se deslizan suaves en la guitarra blanca y roja -los colores del corazón demuestran que ni Dios es perfecto, jajaja-, la cabeza se bambolea en un tic que va al ritmo de la música. No es el despliegue físico lo que llena el escenario, Velez esta lleno de espíritu.

¿Cuantos temas van? ¿cuarenta? parecen mil ¿que más? y el flaco arma otra banda, sube otro invitado, arranca de nuevo otro capítulo de su historia que esta noche es más de todos que nunca.

Genios … genios … y maestros, cuantos sinónimos se pueden inventar para presentar tanta genialidad, ni Spinetta pudo. Tiro nombres sueltos de músicos y temas, a riesgo de no respetar el orden y cometer algún error, supongo que ni el propio Flaco podría mencionar a todos sin ayuda de algo más que su buena memoria.

Mientras algunos tratamos de captar el momento, para subirlo a facebook o a youtube, esto no es Woodstock, no somos hippies, los tiempos pasan, pero nuestro rock sigue juntando gente. Abajo no faltan los cincuentones que tienen la oportunidad de volver a escuchar en vivo a Almendra y Pescado.

Los viejos del bar recuerdan a sus ídolos, de la máquina de River, el Boca de Lorenzo, el Huracan de Babington y Brindisi. Privilegiados de nosotros que podemos ver a nuestros ídolos eternos meter nuevos pases, gambetas maradonianas y exquisitas definiciones de gol, hoy como hace 40 años.

Lo mejor esta por llegar. Para mi, que soy más fan de García que de Spinetta, este es el momento ¡ver en vivo lo que nunca pude! … Invisible … Pescado … Almendra. Su música suena vital y poderosa, no hay gusto a viejo, no hay actitud de nostalgia, el añejado la mantiene joven pero con más fuerza.

Siguiendo la cronología, vino Invisible, con Pomo Lorenzo en batería y Machi Rufino en bajo, con Durazno sangrando, Jugo de lúcuma y Perdonado.

Los asistentes siguen trabajando, hay que armar otra banda. Llega el turno de Pescado Rabioso, el rock más potente de la noche. Bocon Francino y David Lebón en guitarras, Black Amaya en batería y Carlos Cutaia en teclados, para tocar Postcrucifixion, Me gusta ese tajo y Despiertate nena.

Pero si esta es la historia del rock argentino, tambiín suena Amor de primavera para hacer homenaje a Tanguito.

Y al fin, como para volver a empezar sale Almendra, con Color humano, Hermano perro, Fermin, A esos hombres tristes y una versión especialmente dedicada para su madre que todavía resiste tanta música desde la platea, a cuatro voces hacen Muchacha. Ahí están Rodolfo García en batería, Edelmiro Molinari en guitarra, Emilio Del Guercio en bajo.

5 horas o más, 50 temas, tantos músicos e instrumentos, aunque el sonido no haya salido siempre prolijo -malditos acoples- que impresionante el despliegue de la gente de sonido y los plomos para hacer sonar todo. Ellos tambiín son parte de esto.

¿Que más? hay más … el homenaje de un Spinetta comprometido con el Colegio Ecos con su tema 8 de octubre, compuesto con León Gieco y cantado a dúo con Ricardo Mollo. El flaco otra vez vuelve a disculpar la ausencia de León con un reconocimiento a su trabajo en Mundo Alas y al premio que esta recibiendo por ello en La Habana.

Y cerrar volviendo al presente, otra vez con la banda base de la noche para tocar: Seguir viviendo sin tu amor, Yo quiero ver un tren, No te alejes tanto de mi y que todos podamos cantar y saltar.

En el final, el Flaco nos despide, apoyando la campaña de seguridad vial Conduciendo a conciencia, acompañado por todos sus músicos y amigos con la remera y su leyenda: Todos fuimos, todos somos, todos podemos ser…

Pero Flaco no creas que con esto cumpliste, esperando el tren de regreso en Liniers repasábamos que temas no tocaste: barro tal vez, alguien recordaba elementales leches, otro mencionaba cheques, porque no, el mono tremendo? Meter 40 años en 5 horas exige sacrificios. Somos insaciables, siempre te vamos a pedir más.

Recordá que nos acabas de prometer un nuevo Bandas Eternas para dentro de 40 años y ya estamos ansiosos por vivir todo lo que vendrá hasta entonces. Mañana es mejor.

Hasta aquí he tratado de reconstruir lo que sucedió la noche del 4 de diciembre en Vílez, es difícil transmitir el sentimiento de ese estadio. Será una noche que quedará grabada para los 40 mil que tuvimos el privilegio de estar ahí. Para mí, quizás la mejor noche que me haya dado el rock argentino. Gracias Flaco, gracias a Todos !!!

Mis videos en youtube:

1ra. parte
http://www.youtube.com/watch?v=DZgunVnEkFM

2da. parte
http://www.youtube.com/watch?v=aPqT3gmbjD4

3ra. parte
http://www.youtube.com/watch?v=fMwZNwIvrO8

Fuente: www.zonanortediario.com.ar

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