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El sentido de las obras

Queridos amigos, una vez más compartimos este espacio de pensamiento y reflexión.
En este último tiempo, transitando por diversos lugares, he podido comprobar que existen muchas obras nuevas. Del mismo modo he escuchado anuncios y programas informativos que dan cuenta de otras tantas obras nuevas que están en marcha o al menos se tiene intención de realizarlas. Realmente es alentador y esperanzador percibir que estas cosas se están produciendo. Necesitamos seguir creciendo y desarrollándonos como Nación.

Frente a esta realidad de crecimiento y desarrollo, lamentablemente, tambiín podemos constatar que continúa habiendo muchos hermanos nuestros que están excluidos del sistema social, marginados y desalentados frente a la realidad.

Es necesario que mientras las instituciones se afianzan y consolidan por medio de sus obras, los que forman parte de las mismas, crezcan en justicia y dignidad.

Ese debe ser el sentido de las obras. Muchas veces los hombres caemos en la tentación de pensar en las obras como aquella acción por medio de la cual voy a perdurar en el tiempo… En cierto sentido está bien, pero no debemos olvidarnos que toda obra, en esta realidad humana en la que nos movemos, tiene un sentido más profundo; ser un servicio y contribuir al desarrollo y crecimiento del hombre como tal. Si la obra no es para el hombre, entonces puede representar un acto egoísta. Si las instituciones y quienes tienen en sus manos las diferentes obras, no consideran la justicia social, la inclusión del hombre, el reconocimiento y bienestar de todos, y en particular de los que forman parte de las mismas, esa obra puede ser injusta.

Siempre debemos preguntarnos que sentido tiene seguir creciendo en obras, y si ellas construyen el bien común.

El verdadero crecimiento, en clave humana y cristiana, tiene que ver con el desarrollo y la plenificación de cada uno en lo que hace. El gozar y poder vivir aportando lo mejor como expresión de solidaridad y compromiso con la realidad.

Quizás todo esto nos lleve a pensar, que no siempre una obra es signo de crecimiento, y es verdad, si ese crecimiento no va acompañado del desarrollo y la dignidad de las personas.

En este tiempo de desafíos, le pido al Señor que nos ayude a reflexionar para descubrir el profundo sentido de cada una de nuestras obras, y nos muestre a todos el camino para el compromiso y crecimiento de nuestros hermanos.

Fuente: www.zonanortediario.com.ar

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