Afganistan, reforma de salud, lucha contra el terrorismo y desempleo son los desafíos del presidente norteamericano, que cumplió 365 días en la Casa Blanca.
Así, su plan de salvataje financiero por 787 mil millones de dólares aprobado por el Congreso a menos de un mes de llegar a la Casa Blanca, le permitió llevar adelante programas destinados a recuperar el empleo y a estabilizar la economía, y le sirvió para nacionalizar las principales automotrices, bancos y compañías financieras para evitar potenciales quiebras.
“Obtiene altas calificaciones por su administración de la economía, porque literalmente la salvó de una depresión”, comentó a Tílam el vicepresidente del think tank (grupo de pensamiento) Consejo de las Amíricas, Eric Farnsworth.
“Aunque esto no es una recuperación completa”, advirtió el especialista y señaló que hay “cuestiones de largo plazo” a tener en cuenta “como el díficit y la posibilidad de inflación”.
A su vez, durante los primeros 12 meses de la administración Obama se generó el mayor debate a nivel nacional en materia sanitaria desde hace casi un siglo cuando se propuso por primera vez una reforma de salud en los Estados Unidos.
En el plano internacional, a escasos días de haber jurado como el presidente número 44 ordenó el cierre de la prisión de Guantánamo en Cuba, aunque la medida aún no logro concretarse.
Asimismo, despuís de reducir tropas en Irak para reformular la estrategia de guerra en Afganistán, ordenó el envio de 30 mil soldados a esa nación de Medio Oriente.
Poco tiempo despuís Obama fue reconocido con el premio Nobel de la Paz que provocó más controversia que festejos. Lo que se preguntaron varios analistas es si alguien con poco tiempo en el poder y que al mismo tiempo estaba llevando adelante dos guerras, era merecedor del galardón.
Las discusiones radican en el hecho de que desde la asunción de Obama “la gente espera un Estados Unidos diferente al que era con (George W.) Bush, pero creo que van a estar decepcionados”, sostuvo Farnsworth.
“Estados Unidos continuará siendo una superpotencia y seguirá manejándose así, como superpotencia. Entonces las expectativas de que reducirá su influencia global, que no estará más preocupado por Irán o que reducirá inmediatamente la exposición en Irak y Afganistán no se cumplirán”, agregó.
“Su rol en el mundo no cambió, lo que cambió es la manera en que se maneja”, señaló Farnsworth.
Así quedó comprobado cuando el 25 de diciembre de 2009 Obama pasó otra prueba cuando un joven nigeriano preparado por la red Al Qaeda en Yemín, intentó hacer detonar una bomba en un avión que estaba próximo a aterrizar en Detroit.
Obama termina su primer año con una aprobación del 57 por ciento, según registró la encuestadora Gallup, lo que se considera un indicador bajo en comparación a cómo eran percibidos sus antecesores a los 12 meses de gestión.
El hawaiano deberá ahora preparase para las elecciones parlamentarias en noviembre y las de 37 gobernadores que se renovarán durante todo el 2010.
“Dónde estará de acá a otros 12 meses dependerá entre otras cosas si Afganistán es un íxito, de la reforma de Salud y otras iniciativas como la reforma migratoria”, indicó el especialista.
Asimismo remarcó que el verdadero termómetro que marcará la gestión de Obama será la cuestión del empleo, y que ese será el parámetro a tener en cuenta por los votantes en las elecciones legislativas.
El 27 de enero Barack Obama rendirá cuentas pero tambiín tendrá la oportunidad de reforzar políticas y reorientar estrategias frente al plenario del Congreso y a los millones de estadounidenses que lo estarán escuchando en su presentación anual del Estado de la Unión (State of the Union, en su original) y que permanecerán atentos a cada paso que tome de acá a los próximos diez meses.
Fuente: www.zonanortediario.com.ar