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Todos somos Leo

Que nadie deduzca de esto que predicamos una especie de populismo; es todo lo contrario. El populismo es un hijo de viejos, el lamentable vástago de los últimos realistas; es otro modo más de lavarse las manos. J. P. Sartre

Fragmento del libro “El taller de Leo”, Libros del Zorzal

leo extiende la tela sobre el piso no tiene caballete no tiene pincel apenas un tacho de pintura que encontró por allí apenas un palo torturado que encontró por allí apenas una tabla de madera terciada donde fijar con tachuelas la tela hunde el palo en el tacho extiende el palo sobre la tela deja que la pintura chorree y mientras esto ocurre baila ejecuta una danza que chorreajunto con la pintura sobre la tela punza con el palo marca traza hurga en la consistencia del color en el elemento que emana de su danza leo baila mientras pinta baila mientras pinta el reflejo del cielo sobre el basural pinta el desplazamiento de las nubes sobre la tela el mapa de un cielo móvil cambiante ejecuta una escritura celeste los símbolos de una interioridad reflejada en lo alto grabada sobre la tierra es más que una plegaria más que la cumbia que suena en las casillas del barrio más que una obra de arte más que un beso a través de los alambres de púa de lo prohibido más que los límites de la precariedad casi la vida dice el pibe mientras pinta contra la parecita del clú contra la chapa que sirve de puerta contra la orden del cura de pintar a dios y a la cara de cristo que dicen lo ve todo seguro que el barba lo ve a él pintando y ve la pobreza la enfermedad la mierda que va y viene desde el río seguro que el tipo ve así como él leo ve las fotos en la revista no le importa si están rotas si están manchadas si están comidas por las ratas el pibe pinta también su última cena traza un arco de color sobre las figuras sentadas a la mesa las tablas de madera que sirven de mesa donde no hay comida allí desde ese rincón inhóspito de la soledad el pibe repite los colores que ve en el cielo de eso se trata de él pinta a su padre a su madre a sus diez hermanos se pinta a sí mismo en un costado lejos del centro son figuras siluetas esbozadas chorreadas sobre el muro sobre la parecita la anónima parecita sobre la que el pibe pinta el grafiti de su vida y escribe con un resto de aerosol todos somos leo todos podemos ser leonardo mientras la escena se despliega igual que la otra la que él toma como modelo la de la revista algunos chicos se paran a mirar le preguntan qué quiere decir se sientan sobre la tierra donde hay botellas apiladas cartones atados fierros ladrillos rotos mientras la danza del pibe continúa y nadie pero nadie espera que termine el pibe baila y mientras baila se pregunta quién será el traidor quién será el dueño de la canchita de la parecita del clú de las casillas del paco de los contratos públicos del cáncer quien será el dueño del barrio del veneno de las noticias de la escuelita rota del taller de los políticos del riachuelo de la ignorancia de la basura de la ciudad quien será el dueño de la parálisis del mundo de la locura de la mugre existencia quién será el traidor.

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