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Precios de la carne, el indicador económico que más preocupa a los argentinos

A lo largo de su historia, Argentina se ha posicionado como uno de los países con mayor consumo de carne per cápita en el mundo, junto con Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, y China. Sin embargo, esto estaría cambiando de forma paulatina gracias a la crisis que atraviesa nuestra economía desde hace casi 2 décadas.

Si bien este fenómeno había sido experimentado a pequeña escala por las personas de menor poder adquisitivo hace algunos años, actualmente es una realidad incluso para la clase media. Así lo afirman reportes recientes que muestran una caída de más de 10% en el consumo de carne en comparación con el 2019, y casi 30% en comparación con el 2008.

Causas del incremento en el precio de la carne

La administración de Alberto Fernández afirmó que los incrementos en el precio de la carne derivan del alza de los precios internacionales de granos y cereales, algo que contradice su medida de limitar el precio de esta proteína. Poco después, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) desmintió dichas afirmaciones, asegurando que esta situación nace de problemas coyunturales y estructurales.

Lo cierto es que la crisis argentina y el incremento en los precios de los alimentos surgen de medidas gubernamentales poco acertadas que han afectado tanto la producción nacional como la libre distribución de bienes. La falta de incentivos al sector empresarial, desequilibrios fiscales, y restricciones de precios y oferta sería las principales causas de la inflación, fenómeno que incide directamente en el precio de la carne.

¿Cómo subsisten los argentinos?

Con una situación tan compleja, muchos se preguntan qué estarían haciendo los argentinos para disminuir lo menos posible el consumo de carne. No existe una sola respuesta, sino varias.

Mientras que algunos están optando por proteínas alternativas como el pollo, pescado y cerdo, otros estarían decantándose por cortes de menor precio, así como por visitar mercados municipales en los que sea posible conseguir productos de buena calidad a un precio inferior.

Del mismo modo, con la llegada del consumo a través de Internet, más personas utilizan herramientas digitales para comparar precios en decenas de tiendas antes de tomar una decisión. Con un número de campañas de descuentos mucho más alto como respuesta a la creciente competencia, aún sería posible conseguir carnes a precios bajos.

Al investigar podemos encontrar las ofertas de Coto, que incluyen el kilogramo de picada de novillito por 434 pesos, el cuadril de novillito por $549, la chuleta de jamón por $269, el pollo rebosado por $279, y los pescados con precios que varían desde los $300 hasta los $600.

Pero, ¿cuáles son los precios actuales?

Los precios de la carne varían según la región y el tipo de corte a comprar, por lo que no existe un precio exacto, sin embargo, sí es posible determinar un promedio de acuerdo a lo que estaríamos viendo actualmente.

Mientras que cortes como el asado ya alcanzan los 750 pesos, las milanesas superaran los 800 pesos y el vacío está rozando los 700 pesos.

De acuerdo a distintos reportajes, el incremento en precio durante las últimas semanas podría haber sido de hasta 80 pesos en algunas regiones del país, con la cifra media acercándose a los 40 pesos.

La situación actual de Argentina comienza a volverse precaria, haciendo que sea cada vez más complejo para la clase media mantener un consumo similar al de sus pares en la región. Aunque una pequeña parte de la población logre subsistir mediante la generación de divisas, lo cierto es que se requiere de cambios importantes a nivel político y económico para solventar la crisis.

Fuente: (www.www.zonanortediario.com.ar)

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