Diego Santilli afirmó que está trabajando para tener revancha en 2027 y poder sentarse en el sillón de Dardo Rocha. Según indica es “su gran cuenta pendiente” política.
Diego Santilli vive en Nordelta desde el 2021, cuando cambió de domicilio para poder encabezar la lista de Juntos por el Cambio en las elecciones legislativas. Ganó con contundencia y fue el principio del fin del Gobierno de Alberto Fernández.
El año pasado, el diputado nacional del PRO tuvo un resbalón del cual dijo que aprendió. Fue precandidato a gobernador bonaerense pero perdió por un pelo la interna. La dispersión opositora jugó una mala pasada y Axel Kicillof pisó más fuerte, logrando la reelección.
Santilli afirmó que está trabajando para tener revancha en 2027 y poder sentarse en el sillón de Dardo Rocha. Es su gran cuenta pendiente política, le confiesa a la Agencia NA, a cuyo cronista recibió en sus lujosas oficinas a un costado del Shopping Paseo Alcorta, muy cerca de Costa Salguero.
Dos mapas de gran escala del territorio bonaerense adornan las salas de su despacho. Su recorrido político estuvo estrechamente ligado al de Horacio Rodríguez Larreta, de quien fue vicejefe de Gobierno porteño entre el 2015 y el 2021.
Lo siguió a sol y sombra, y el ex alcalde lo apadrinó en las elecciones del 2021 y 2023. Después del último turno electoral, Santilli rompió el cordón umbilical que lo unía al “Pelado” y recuperó la independencia. “Soy mi propia conducción política”, soltó sorprendiéndose a sí mismo por el tono tan seguro de su respuesta, a juzgar por la pausa posterior a esa definición.
Sin embargo, el diputado destaca a Mauricio Macri como líder del PRO y viene “tirándole centros” al presidente Javier Milei cada vez con mayor frecuencia, defendiendo como pocos la batalla antiinflacionaria del Gobierno, a la que considera que va en el rumbo correcto.
Sobre una posible convergencia formal entre el PRO y La Libertad Avanza, responde que el momento de discutirlo será 2025 cuando se formen las alianzas electorales.
Mientras tanto, pide acompañar sin concesiones la ley ómnibus y el DNU en el Congreso, y hasta justifica a José Luis Espert por su llamado a una rebelión fiscal, culpando a Kicillof por dilapidar los recursos de los bonaerenses.
–Hasta ahora el PRO se presentaba como una oposición dialoguista. ¿Es hora de sincerar que son parte del dispositivo oficialista más allá de que no formen parten del Poder Ejecutivo?
Yo siempre dije desde el día que asumí que debíamos apoyar las ideas del cambio, y que es lo que venimos haciendo. Para adelante, la discusión va a ser en el 2025, si hay una convergencia electoral o si no la hay. Por lo pronto, este que no es un año electoral y tenemos que ayudar a un presidente que asumió con una voluntad popular altísima, que requiere de instrumentos y herramientas para poder llevar adelante sus ideas. Todos los gobiernos democráticos los tuvieron. Milei no los tiene. Yo me sitúo entre los que querían un cambio para mi país porque ya probamos muchas cosas y no funcionaron. Tenemos más inflación, más pobreza, más endeudamiento, más informalidad, trabajadores que hoy son pobres, eso no pasaba en la Argentina antes. Eso es el peor de los impuestos, se llama inflación.
–¿Puede haber una fusión o convergencia entre el PRO y La Libertad Avanza?
Es un planteo para el 2025. Nosotros tenemos una decisión tomada clara: vamos a ayudar a este presidente a que tenga instrumentos para plasmar las ideas que tiene en la gestión del Estado.
–Mauricio Macri asumirá prontamente como nuevo presidente del PRO. ¿Con él al frente del partido se puede estabilizar o normalizar el perfil del PRO y terminar con la discusión de halcones o palomas?
Obviamente la competencia electoral, no estando más quien fuera presidente de los argentinos, Mauricio Macri, nos hizo mucho daño. Fue un error la pelea interna y la sociedad nos lo cobró.
Patricia (Bullrich) fue una excelente presidenta que dio la batalla en los momentos que la tenía que dar, y Horacio (Rodríguez Larreta) fue un gran jefe de gobierno. Toda esa lucha intestina nos politizó nos destruyó, nos llevó a un lugar donde la sociedad nunca nos había visto. Patricia tiene ahora un rol central de ministra de uno de los principales ministerios que tiene la República Argentina y una de las principales demandas de la sociedad argentina. Está bien lo que hizo ella dar un paso al costado de la presidencia. Su cabeza tiene que estar ahí en la lucha contra la inseguridad, que es una tarea que te lleva el 100% (del tiempo). El fundador del espacio tomó la posta y vuelve a liderar el proceso. Son decisiones sabias, lógicas. Ojalá con ese aprendizaje y autocrítica de lo que les pasó y de lo que hicimos mal y volviendo a retomar nuestras bases podamos construir de nuevo el futuro y representar a los ciudadanos.
–¿Cuáles son las bases fundacionales del PRO?.
Creemos en la democracia, en la libertad de expresión, en la propiedad privada, en el esfuerzo, en el mérito, en la educación como valor central para salir adelante, en que el trabajador tenga trabajo formal, integrar a la Argentina en el mundo y en la gestión. La gestión fue siempre un norte central del PRO. Nos importa que te atiendan bien en un hospital, que tengas seguridad, que tengas infraestructura adecuada, calidad de vida, que puedas desarrollarte, que tengas seguridad.
–En el marco de la reorganización interna, ¿puede entusiasmarse el PRO con volver a gobernar el país en el 2027?
Me faltó decirte una cosa, ahora que me hiciste la pregunta inteligente. Me faltó decir que el partido busca el poder para transformar. Queremos tener intendentes, gobernadores y presidente. Queremos tener más diputados. Paradójicamente salimos terceros, pero tenemos más gobernadores, tres, como Rogelio Frigerio, Nacho Torres y Jorge Macri. Y tenemos dos gobernadores que son cercanos, como Marcelo Orrego y Claudio Poggi.
–¿Cómo se construye ese poder y en el marco de qué tipo de alianza?
Lo que nosotros tenemos que hacer es, primero, recuperar la iniciativa. Que toda esta pelea nos nubló, nos quitó el horizonte.
Yo creo que tenemos grandes cuadros que han defendido por ejemplo el DNU y la ley ómnibus, como (Silvia) Lospennato, Cristian (Ritondo), con María Eugenia (Vidal), como el que te habla. Tenés dirigentes nacionales de peso, Mauricio Macri también, entonces ahora el tiempo lo dirá. Es prematuro hablar de elecciones.
–Durante mucho tiempo usted acompañó a Horacio Rodríguez Larreta y siempre se lo asoció a esa corriente dentro del PRO. ¿Quién es ahora su conducción política?
Yo, soy mi propia conducción política. Yo creo que los dirigentes y los hombres tienen que hacerse cargo del trayecto, de su camino y de lo que le espera hacia adelante. Entonces, yo estoy dando una batalla en la provincia de Buenos Aires para ganarle al kirchnerismo en la provincia. En el 2021 (elecciones legislativas) ganamos cuando nadie creía que podíamos ganar. Después eso se vio trunco en el 2023 por las peleas que tuvimos, pero yo creo que está latente, está vivo hoy.
–¿Va a trabajar para ser gobernador en 2027?
Sí, yo voy a trabajar en ese sentido, pero la sociedad va a decidir cuál va a ser el lugar que me toque a mí ocupar.