El Calamar jugó bien y arrinconó al conjunto visitante durante todo el segundo tiempo, pero dos errores del árbitro por cobrar mal un off-side y por no sancionar un claro penal los de Kuzemka terminaron empatando 1 a 1.
Para alegría de sus hinchas, Platense ya no es el mismo equipo del año pasado. La actitud de este conjunto dirigido por Kuzemka es completamente opuesta a la de los primeros encuentros del torneo pasado al igual que el volumen futbolístico. Sin embargo, todavía no ha conseguido plasmar en los resultados todo lo bueno que viene haciendo. La falta de suerte o puntería, la carencia de un goleador que se haga cargo de concretar las situaciones de peligro y, como ayer, un mal arbitraje han hecho que el Calamar no alcance tantas victorias como mereció.
Tense recibió ayer a Defensa y Justicia en el estadio Ciudad de Vicente López y fue dominador del juego y claramente superior a su rival, pero no pudo disfrutar de los tres puntos porque dos errores de la terna arbitral se lo impidieron sobre el final del encuentro. Luego de un primer tiempo aburrido, en el que hubo poca actividad y escasearon las situaciones de peligro en ambas áreas, llegó el entretiempo que pareció ser el momento indicado para corregir errores y agregarle emociones al partido.
A los tres minutos de la segunda parte, Platense volvió a sufrir, como en encuentros anteriores, de los centros sobre su área y tras uno que llegó desde la derecha, Juan Martín conectó cambiándole el palo a Hernando para poner el 1 a 0 para el equipo visitante que no lo merecía. A partir de ese momento, los locales tuvieron que adelantarse en el campo e ir en busca del empate controlando la pelota y acercándose de a poco al arco de Defensa que buscaba aguantar el resultado. La igualdad se hizo esperar pero llegó a los 24 minutos gracias a un centro de Madrid que Duarte bajó de cabeza para que Abálsamo pusiera el 1 a 1.
En los minutos que siguieron antes del final del encuentro, Platense metió en un arco al visitante y lo tuvo acorralado decidido a que la victoria se quedara en casa. Pero en dos ocasiones el árbitro Daniel Raffa se lo impidió de manera injusta: primero al anular un gol a Abálsamo por una posición adelantada inexistente sancionada a instancias de su asistente Carlos Borgarello; la segunda, seis minutos más tarde, al no cobrar una clara mano de Frontini en el área.
El Calamar tiene herramientas para no tener que pensar en el descenso, tiene los jugadores para generar buen juego y alejarse de esos fantasmas que lo acosaron el año pasado. Pero una vez más tuvo que quedarse con un sabor amargo en la boca.
Fuente: www.zonanortediario.com.ar