InicioOPINIÓNOpiniónHay un modelo de país que se está acabando

Hay un modelo de país que se está acabando

Si miramos la Argentina de estos días vemos, al mismo tiempo, ataques de grupos pseudomapuches en Mascardi, extorsión de sindicatos de neumáticos, tomas autoritarias en algunas escuelas de la Ciudad y al kirchnerismo cambiando las reglas de juego que ahora no le convienen, queriendo derogar las PASO o aprobar las leyes de lemas.

Hay un hilo conductor: son muestras de un modelo de país que fracasó y que resiste con mucha violencia porque se sabe cada vez más minoritario.

En medio de la angustia y de la bronca que esto genera, hay una señal de esperanza. Hay que seguir peleando, pero ver que las cosas que solían tener un enorme apoyo popular hoy son expresiones muy minoritarias, es una gran luz al final del camino. Así empiezan los cambios.

Los argentinos nos cansamos de que pequeños grupos muy intensos marquen el ritmo del país.

No somos eso, no queremos eso y cada vez tenemos más claro que hay cosas que se hacen y cosas que no.

En las tomas hay un ejemplo de esto: mientras un grupo muy chico de alumnos y de padres irresponsables impide que unos 5.000 chicos puedan estudiar, hay casi 200.000 que van a clases todos los días y ni piensan en tomar su escuela, y alrededor de 12.000 que están haciendo las prácticas educativas.

Los que piensan nada más que en sí mismos se están quedando solos.

Nosotros vamos a seguir siendo inflexibles en la respuesta. Los padres son responsables de esto y van a tener que hacerse cargo del daño que sus hijos provocan. Hay límites y hay reglas que respetar. Y desde la Ciudad vamos a recuperar cada día de clase perdido, porque cada día cuenta.

Educar es enseñar a vivir en democracia, es enseñar que las acciones tienen consecuencias y es marcar límites. Y eso es responsabilidad de las familias, pero también de la escuela. Y no vamos a esquivar esa responsabilidad.

Tristemente, frente a todos estos conflictos el Gobierno nacional falla en su obligación de cuidar a los argentinos. Especialmente cuando decide no ocuparse de cuatro pilares esenciales para que un país progrese, como la institucionalidad, el trabajo, la educación y la seguridad. Haciendo esto, descuida a la Argentina. La función primordial de cualquier gobierno nacional está incumplida.

Es un panorama muy frustrante, pero déjenme ser optimista: son los últimos reflejos de un modelo de país que se está yendo. El que viene es mucho mejor y lo vamos a construir juntos.

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