En el marco de la Emergencia Ferroviaria, el Gobierno Nacional y Trenes Argentinos confirmaron una decisión que golpeará de lleno la rutina diaria de los usuarios del Mitre: del 10 de enero al 28 de febrero el ramal Tigre estará totalmente interrumpido, mientras que los ramales José León Suárez y Bartolomé Mitre tampoco llegarán a Retiro y prestarán un servicio limitado entre sus cabeceras y Belgrano R. Se trata de un parate de 49 días corridos que no tiene antecedentes recientes en la línea y que, pese a justificarse en obras urgentes de seguridad, genera preocupación por el impacto sobre miles de pasajeros que dependen del tren para moverse diariamente.
Según informó Trenes Argentinos, el corte se debe a una serie de trabajos considerados “fundamentales y urgentes” por el deterioro extremo de la infraestructura: durmientes y rieles con más de 40 años, un tendido con al menos 40 sectores donde los trenes circulan hoy a velocidad precautoria, y un sistema de señalamiento del acceso a Retiro con más de un siglo de antigüedad. La empresa sostiene que operar en esas condiciones implica riesgos y genera demoras y cancelaciones constantes, por lo que la intervención sería impostergable.
Sin embargo, la magnitud del cierre sorprende incluso dentro del ecosistema ferroviario: interrumpir completamente un ramal troncal durante casi dos meses, en pleno verano donde, si bien baja el flujo, miles de usuarios continúan viajando, supone un nivel de afectación mayor al habitual en obras de vía. El propio comunicado oficial admite que, por “la topografía de la zona y la dificultad de los accesos”, los trabajos no pueden hacerse de noche y requieren una ventana prolongada para ejecutar tareas en sectores críticos.
Qué obras se harán y por qué requieren semejante corte
La intervención incluye:
- 7.700 metros de renovación de vías en zonas de difícil acceso, abarcando los tramos entre los pasos a nivel Crisólogo Larralde y Laprida, el cuadro de estación Vicente López, y entre Martín Rodríguez y Chacabuco.
- Renovación completa del sistema de tercer riel, que alimenta a las formaciones eléctricas.
- Reemplazo de puentes clave, como los de Av. Figueroa Alcorta y Av. Dorrego.
- Desmontaje total del viejo señalamiento de acceso a Retiro e instalación del nuevo sistema automático, con:
- 28 señales y balizas ATS,
- 16 máquinas de cambio,
- 70 cajas de circuitos de vía,
- Pruebas dinámicas obligatorias bajo estándares internacionales.
En conjunto, estas tareas forman parte de un plan mayor que contempla la renovación integral de 40 km de vía, 47 km de tercer riel, 24 pasos a nivel, 22 pasos peatonales, 65 puentes o alcantarillas, además del recambio de 23 aparatos de vía y 4 paragolpes en Tigre. De ese total, ya se avanzó con 20 km de vías nuevas mediante obras nocturnas y cortes de fin de semana largo, pero el volumen y la complejidad de lo que resta obligaría —según la empresa— a este corte masivo.
Los otros ramales tampoco llegarán a Retiro
Mientras duren las obras del nuevo señalamiento, ninguna formación eléctrica podrá ingresar a la terminal. Por eso:
- J. L. Suárez funcionará entre su cabecera y Belgrano R.
- Bartolomé Mitre también circulará solo entre Belgrano R y su cabecera.
Esto implica que tres ramales del Mitre quedarán afectados simultáneamente, con impacto directo en los usuarios que deberán combinar con colectivos u otros medios para llegar al centro porteño.
Alternativas y dudas sobre el operativo de contingencia
El Gobierno publicó un PDF con alternativas de viaje, pero todavía no se informaron refuerzos concretos de colectivos, frecuencias adicionales ni operativos coordinados con Ciudad o Provincia. En cortes anteriores de menor escala, la infraestructura vial se saturó rápidamente. Esta vez, la demanda a absorber será mayor y sostenida durante casi dos meses.
¿Era inevitable un parate tan largo?
Los especialistas coinciden en que el Mitre necesita obras profundas desde hace décadas. La pregunta que surge es si la única manera de ejecutarlas era mediante un apagón ferroviario de 49 días, o si faltó planificación para desdoblar etapas, intervenir por tramos, o reforzar esquemas alternativos que mitiguen el impacto sobre los usuarios.
Por volumen de pasajeros, el ramal Tigre es uno de los más relevantes del AMBA, y un corte tan prolongado tendrá efectos en movilidad, tiempos de viaje, costos diarios y congestión vial. Aun cuando los trabajos sean indispensables, la dimensión del perjuicio vuelve inevitable la discusión sobre gestión, tiempos y capacidad de anticipación de las autoridades.
