El equipo de Diego Cagna conseguía una gran victoria como visitante ante San Martín de Tucumán, pero en el tercer minuto de descuento, Quinteros encontró un rebote en el área y puso el 2 a 2 definitivo, para la bronca de todo Victoria.
Tigre parecía tener todo cocinado, la gente que había viajado desde Victoria hasta Tucumán para presenciar el partido ya empezaba mirar los relojes y a pensar en la vuelta que sería una fiesta tras la primera victoria de su equipo en el campeonato. Sin embargo, todo esto se caería en un minuto, por el gol agónico, en el tercer minuto de descuento, de Quinteros que puso el 2 a 2 y mandó de vuelta a Buenos Aires a los de Cagna masticando bronca.
En el primer tiempo el partido fue parejo y sin demasiadas chances de riesgo claras. San Martín comenzó más activo y decidido a ir en busca de una diferencia rápida, como debe hacerlo en todos los partidos del torneo si quiere quedarse en primera, mientras que Tigre fue más cauteloso, demasiado tal vez. Pero ninguno de los dos equipos encontraba la manera de llegar al arco de enfrente, y no fue a causa de una sólida defensa, sino más bien de las continuas imprecisiones de las dos partes. Pasaron los minutos y parecía que de la mano de Luna los del Matador conseguían inclinar la cancha a su favor, pero a los 20 minutos Perugini dio la sorpresa y con un remate desde afuera del área puso arriba al Santo. La respuesta del visitante no se haría esperar y nueve minutos más tarde el Chino Luna clavó un zapatazo de media distancia y con un golazo puso el empate con el que se iría al descanso.
En el segundo tiempo, el conjunto local salió nervioso por el empate y eso le facilitó el trámite a los de Victoria que a los diez minutos consiguieron ponerse arriba en el marcador con un cabezazo fenomenal nuevamente de Luna tras un centro enviado por Lázzaro. A partir de allí, Cagna quiso empezar a asegurar los tres puntos y cerrar el partido, y para eso dispuso enviar a la cancha a Rusculleda y a Villegas para tener más la pelota en el medio campo e intentar desnivelar una vez más si era posible. Los minutos pasaban, y el volumen de los avances desesperados de San Martín iban al mismo paso que el retroceso de Tigre en el campo. Fue así como Roldán puso en cancha a cuatro delanteros, decidido a ir por el empate a pesar del poco tiempo que quedaba y de que no encontraba otra arma más que los centros sobre el área para llegar al arco de Islas. Paparatto era quien del lado del visitante rechazaba una y otra vez los intentos del Santo, pero en la última jugada del partido, Quinteros capturó un rebote en el área y no perdonó.
El Matador tuvo sus primeros tres puntos en la mano y nada más ni nada menos que en la Ciudadela, cancha siempre difícil para los visitantes, pero en el final San Martín de Tucumán se lo arrebató, como lo hizo la semana pasada ante Argentinos Jrs., y le dejó apenas un punto con sabor a derrota.
Fuente: www.zonanortediario.com.ar