InicioOPINIÓNEditorialSe nos fue “el Duhalde bueno”

Se nos fue “el Duhalde bueno”

Conocí a Eduardo Luis Duhalde en 2004, cursando la materia Derecho a la Información de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA, era un hombre de esos que te marcan, por sus convicciones, que siempre eran seguidas de acciones, por sus argumentos y sus logros; sin dudas se fue un gran tipo.Cuando entró al aula, debo confesar que no tenía idea de quien era. Es que la verdad estaba en mi primer año de carrera, no tenía tanta idea de política y luchas sociales, pero íl se encargó de cambiar un poco mis intereses.

Con sus anícdotas, su historia personal y sus valores, esos valores que defendió a capa y espada y que le costaron el exilio durante la dictadura, realmente hizo que no solo yo sino la mayor parte de quienes cursaron con íl se interesen, se informen, participen, se metan.

Un profesor paciente, de buen humor, un tanto sarcástico y exigente. Me enseñó derecho a la información, los derechos de los periodistas claro. Hablamos de censura, de leyes, de como defendernos y de que obligaciones cumplir. Recuerdo como si fuera ayer, y fue hace casi una dícada, su paciente explicación sobre la malicia y real malicia, entre otras cosas las implicancias íticas de la profesión y los límites. Y quien mejor que íl para enseñar ítica. Tambiín recuerdo su militancia peronista y especial defensa de este gobierno, de hecho con gracia aclaraba una y otra vez que íl era el "Duhalde bueno" cuando le preguntaban por la similitud de nombre y apellido con el ex presidente.

Pero lo que me enseñó está por afuera de los libros. Me dio el ejemplo de un hombre con la fuerza para enfrentar al poder de turno, un poder dictatorial que tomó la vida de su amigo y socio Rodolfo Ortega Peña -asesinado por la Triple A en 1974-, por el mero hecho de defender a trabajadores como abogados, cuando no era conveniente para la junta esto de que la gente haga valer sus derechos. Esto lo obligó al exilio en el continente europeo, pero incluso desde allí siguió militando por las causas populares y los DDHH. Y con mucha más fuerza una vez que regresó al país.

Este gobierno nacional, con todas las críticas que merece, reivindicó esta lucha y le dio el lugar que se merecía. Desde 2003 a esta parte se ocupó de la Secretaría de Derechos Humanos, y vaya que tendrá grandes zapatos que llenar quien lo remplace. Se fue más que un profesor, un maestro de la vida. Es un día verdaderamente triste.

Fuente: www.zonanortediario.com.ar

Artículos relacionados

Últimas noticias