InicioOPINIÓNOpiniónSUTNA: Hay que parar al caballo desbocado

SUTNA: Hay que parar al caballo desbocado

Crespo anunciaba en TN en vivo hace un par de noches que el próximo viernes el reclamo del Sutna va a Plaza de Mayo. Los espectadores de tv se enteraban antes que la comisión directiva y el cuerpo de delegados a quienes, en una situación tan delicada, no se les consulta absolutamente nada.

La fábrica de neumáticos de San Fernando, Fate, por ejemplo, aparentemente ha ingresado producción hecha en Brasil, ante la faltante de producción propia por el conflicto que lleva más de 4 meses. Un envío de planos e instrucciones a una fábrica del exterior a la que se le compra la producción y cuyos primeros envíos han empezado a desembarcar implica un operativo y un esfuerzo que no tiene aspecto de ser algo pasajero, sino todo lo contrario. La patronal se prepara para reemplazar la producción por un largo período. Lo cual indefectiblemente lleva a suponer que no va a costear una producción afuera y trabajadores que no producen adentro, a la vez. Lo que se viene después de esto son suspensiones y despidos en la planta de San Fernando.

Los trabajadores, nadie puede negarlo, han hecho todo por sus justos reclamos. Si se trata de parar una sangría mayor nadie los va a acusar de abandono o traición si firman un acuerdo no ideal pero un paso adelante, y toman distancia para recuperar fuerzas y pensar una intervención por lo que falta más adelante. Lo ideal es enemigo de lo posible.

Hay que empezar a ver que la conducción del sindicato se ha negado a negociar ninguna otra propuesta que no sea la que llevaron al principio de las reuniones. No presentaron contrapropuesta ante la negativa de las patronales. No han considerado aceptar mejoras parciales ni escalonadas y ser ha parado en un “todo o nada” que sólo sirvió para acumular 4 meses con descuentos, pérdida de convocatoria en las medidas de fuerza, desgaste en la voluntad de luchar de las bases, pérdida de autoridad del sindicato (recordemos que ya hasta les cuesta poder ingresar a los lugares de trabajo), etc.

Esa intransigencia que no es sólo de la patronal, sino también del sindicato ha empantanado la situación al extremo, poniendo hoy sobre la mesa algo más que si se cobra o no las horas al 200% los fines de semana. Hoy se están poniendo en riesgo las fuentes de trabajo. Algo que debería ya no hacer reflexionar, sino prender inmediatamente las alarmas no sólo a la conducción del sindicato sino a todos los cuerpos de delegados, que deben animarse a intervenir para FRENAR LA ACCIÓN IRRESPONSABLE E INCONSULTA y asimismo llamar a las bases a que deben empezar a condicionar la participación en las medidas de fuerza a la obtención de un logro parcial, para darle cauce a un camino de salida del conflicto sin que llegue a correr la sangre en el río.

Continuar el camino actual ya no sólo lleva a la derrota del conflicto, sino que dinamita la autoridad del sindicato y mina a futuro las condiciones de trabajo. Si se sigue debilitando a los trabajadores de esta manera más adelante se impondrán sin dificultad cambios en los ritmos de producción y, como quién dice, se trabajará a látigo y escupitajo sin chistar dentro de las fábricas.

La izquierda oportunista, luchista y fetichista de la huelga general no colabora. Agita la mayor visibilización del conflicto (PTS dixit, cuando ya es más visible que nunca), la profundización de los paros (Tendencia PO, como si quedara mucho más resto para ir a medidas más osadas cuando el propio sindicato ya se bajó a “juntar firmas”), etc. Hay que decirles que miren el contexto económico real al que parecen ignorar, que no todo se trata de luchar más, que aplaudir eternamente a Crespo en este momento es UN ERROR GRAVE QUE PUEDE COSTARLE MUY CARO A LOS TRABAJADORES. El sindicalismo exige responsabilidad.

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