Los de Cagna volvieron a caer en este comienzo de campeonato, esta vez fue como visitante en Sarandí con dos golazos de Luciano Leguizamón quien, junto a Campestrini, fueron los verdugos de la noche para los de Victoria, que no han podido ganar hasta el momento a pesar de haber mostrado un buen nivel futbolístico.
En la segunda fecha del torneo Tigre tuvo que probar nuevamente el sabor amargo de la derrota, y esta vez fue como visitante ante Arsenal. El equipo de Cagna cayó por 2 a 0 pero sin duda mereció mejor suerte por cómo se dio el desarrollo del partido, aunque la mala puntería y el arquero Campestrini hicieron que la diferencia se mantuviera y que los tres puntos en disputa se quedaran en Sarandí.
Desde los primeros minutos del encuentro el Matador se mostró decidido a ir en busca de la victoria y pareció no pesarle la condición de visitante en una cancha que suele ser difícil para la mayoría de los equipos. Lázzaro desperdició a los siete minutos la oportunidad de poner a su equipo en ventaja y luego Altobelli fue quien puso a prueba al arquero local que respondió con seguridad y evitó la caída de su arco. Sin embargo, los de Victoria se desplomaron cuando a los 31 minutos Leguizamón puso en ventaja al Arse con una definición exquisita, por encima de Islas. Hasta ese momento el conjunto local apenas había insinuado en una oportunidad con un defectuoso cabezazo de Matos, lo cual afectó el ánimo de los jugadores de Tigre que habían realizado un buen papel hasta ese momento.
Luego de los desconcertantes minutos finales de la primera etapa para los de Cagna, debido al duro golpe que significó el gol de Arsenal, se preveía que el conjunto visitante saliese a buscar el empate y decidido a atacar como en el comienzo del partido. Sin embargo, los de Garnero volvieron a dar un mazazo letal a los 4 minutos, cuando apenas se reacomodaban los equipos en la cancha, con un tiro libre preciso del goleador Leguizamón, quien obtuvo su maestría en el Viaducto luego de los dos golazos anotados. Dos minutos más tardes, las esperanzas para el Matador se renovaron cuando Mosquera vio la tarjeta roja y dejó a su equipo con diez jugadores y con 40 minutos por jugar. A pesar de esto, el conjunto de Victoria iba con más amor propio y empuje que con buen juego, lo cual le facilitaba la tarea al local que se dedicaba a esperar en el fondo para salir rápidamente en alguna contra. Encima Campestrini tuvo nuevamente una noche inspiradísima y no permitió que de los ataques de Lázzaro y Blengio llegaran al fondo del arco.
De esta manera llegó el final del encuentro y otra vez la mueca de la decepción causada por la derrota se dibujó en las caras de los jugadores y el cuerpo tícnico de Tigre. En este comienzo del Clausura la suerte parece no estar del lado del Matador que generó varias situaciones de gol tanto ante San Lorenzo como anoche ante Arsenal pero que no consigue plasmarlas en el marcador. De cualquier manera, en una semana habrá revancha para los dirigidos por Cagna y para saber si una vez la suerte los acompaña.
Fuente: www.zonanortediario.com.ar