El próximo domingo, el reloj de Cristina Fernández de Kirchner se adelantará una hora; por disposición del Poder Ejecutivo, todo el país debe seguir la misma acción; sin embargo, los gobernadores de Mendoza, San Luis, Salta, Catamarca y San Juan tienen relojes rebeldes: las cinco provincias ya adelantaron que no aceptarán el cambio del huso horario.
La experiencia ya se realizó el año pasado. Los resultados, según estimaciones oficiales, fueron los perseguidos: un ahorro significativo de energía. Este es el argumento que esgrime el gobierno para haber impulsado la medida. Las provincias que se oponen al cambio lo hacen en base a posibles trastornos de salud que podría sufrir la población por la disminución de horas de sueño, desfasajes en la rutina diaria de las personas, complicaciones en los horarios del transporte y perjuicios para los comercios.
Dos provincias aún se mantienen indecisas, La Rioja y Jujuy todavía no manifestaron si acatarán la disposición del Ejecutivo. La Pampa, por su parte, adoptó una postura más original: adelantará los relojes pero, al mismo tiempo, atrasará los horarios de los trabajadores del Estado. Esto permitirá, de acuerdo a un comunicado oficial, una uniformidad horaria con el resto del país y, a su vez, respetar los horarios de sueño de los trabajadores.
Esta ocasión y la del año pasado no son las primeras en las que se modifica el huso horario en Argentina, que se encuentra adherido desde 1920 a la Convención Internacional de Husos Horarios. En 1930 dejó de utilizarse la hora que geográficamente corresponde al país, que coincide con el huso 4 al Oeste del Meridiano de Greenwich. Desde ese año se usó el 3 la mayor parte del tiempo, con esporádicos retornos al 4 e, incluso, saltos al 2. Actualmente, el huso establecido es el 3, por lo que el adelanto del próximo domingo lo ubicará dos horas atrasado de lo que indica la geografía.
Fuente: www.zonanortediario.com.ar