InicioOPINIÓNOpiniónOtro mal día para San Fernando: Ausencia de certidumbres políticas

Otro mal día para San Fernando: Ausencia de certidumbres políticas

No pasará a la historia como una fecha para festejar; no se realizarán actos de reivindicación de sus protagonistas ni de las acciones que realizaron.El 21 de Diciembre de 2012 pasará a la historia según cada actor político y social le quiera dar sentido a los bochornosos y repudiables hechos que sucedieron en la ciudad, en toda la ciudad, ya que el temor ante el vandalismo se expresó en todos los sectores geográficos y sociales.

Trato de aportar una visión peronista que se nutre de las visiones de otros compañeros con los que compartimos la perplejidad, la preocupación y la decisión de hacernos cargo de lo que corresponda.

En Julio de 2011, a raíz de la muerte de un joven en Av. Avellaneda como resultado de un ataque de otros jóvenes dijimos: “No cabe duda que desde la militancia política, en sus más variadas formas y colores partidarios, hay mucho para aportar en la comprensión del problema y en la búsqueda de modelos de vida que conmuevan a los jóvenes a construir su propio futuro sin violencia”, y agrego hoy “y para ofrecerles a los pibes una ciudad con una trama social y política que los incluya y los promueva en esa búsqueda”.

Hemos asistido a hechos en los que algunos jóvenes sanfernandinos, por residencia y/o nacimiento, cometieron delitos a la vista de sus propios vecinos y contra comercios de los que son clientes y sin expresar una necesidad social, un derecho conculcado, una reivindicación política.

Podríamos decir que actuaron como delincuentes, acicateados por delincuentes, y por la sola motivación de decir “aquí estamos y somos capaces de hacer esto” en una situación nacional de mucho consumo de bienes, con mucha operación política de la oposición desestabilizadora, convocante al conflicto duro, y con operadores promotores de conductas que no se practican a diario.

Cobra relevancia en este momento asumir en plenitud que las consecuencias del modelo de sociedad e individuo y de sus relaciones, que nos impregnó el neo-liberalismo desde hace tiempo y que se profundizó en la dícada del 90, son muy profundas y se siguen expresando en las pautas culturales de grupos sociales que todavía no han podido ser reincorporados a un sistema de convivencia solidaria, como en las conductas de quienes solo criminalizan a los jóvenes que expresan su rebeldía con conductas no contempladas en el “manual de buenas costumbres”, que en general son los sectores beneficiarios de la ruptura social producida en la Argentina y que tanto cuesta reparar.

Pero como bien se preguntó un compañero y seguro que muchos más: ¿somos tan distintos los sanfernandinos que estos hechos se produjeron en nuestra casa común y no en otros Distritos? ¿Será cierto que nuestra sociedad es muy distinta a todas las demás del conurbano? ¿Por quí esa categoría social de los que “ni estudian-ni trabajan” y a los que la sociedad y a veces tambiín el Estado sólo los reconoce como “ciudadanos de 2ª o 3ª” se expresó delictivamente en la ciudad y no en otras?

* Algunos apuntes para promover otros:

Nadie puede ignorar que en San Fernando, como en todo el conurbano bonaerense, hay heridas profundas que expresan la deuda social que estamos empeñados en saldar con la población más excluida a partir de Nístor y con CFK. Sabemos que hubo y hay niños, jóvenes, mujeres y hombres con carencias de trabajo y de educación, de salud, de protección social, de accesibilidad a la cultura, y que todavía no se sienten parte de la sociedad.

La acción política del peronismo, como la acción de gobierno promovió profundos cambios y avances en la estructuración de la sociedad, en el grado de convivencia entre los distintos sectores y en un sistema de protección y promoción social realizado desde la gestión municipal y con significativa participación de referentes barriales que, con las virtudes y defectos de todos los humanos, desde 1983 a 2011 generó un sistema de inclusión social con amplia variedad de acciones, muchas de ellas surgidas desde la propia realidad territorial. A la par de la integración social San Fernando tiene hoy una infraestructura urbana y de servicios básicos de educación formal e informal, de salud y de viviendas populares que evidencia que se estaba en el rumbo correcto y con muchísimo aún por hacer.

En ese camino, desde el peronismo seguramente no hemos acertado en todas las decisiones políticas y de gestión pública para seguir expresando las expectativas mayoritarias de los ciudadanos. Algunos de nosotros nos hemos hecho la autocrítica correspondiente, lo cual tambiín nos coloca en un camino de diálogo creativo con quienes quieran construir futuro.

La militancia y dirigencia del peronismo, todos sus componentes, hemos dejado de ser la más potente referencia política para muchos de los sectores de la ciudad, especialmente para quienes encuentran sólo en el Estado las posibilidades de soporte para su integración social.

Si bien es un hecho muy positivo que las agrupaciones, nucleamientos y organizaciones del peronismo sean las únicas que ocupan el espacio político sanfernandino, su dispersión y “ombligismo” han sido percibidas por parte de la sociedad como un abandono de la vocación transformadora y solidaria de los dirigentes y militantes.

Y en lo que menos hemos acertado es en no “darse cuenta” que la derrota electoral del 23 de Octubre ha desarrollado una dispersión política de los militantes peronistas que, sin duda alguna, se referenciaban mayoritariamente en el Frente para la Victoria-Partido Justicialista, dispersión que se profundizó con la actividad de las autoridades partidarias “propietarias del PJ”, y no solo en sentido figurado, cerrados a reconocer que era imprescindible establecer un marco de diálogo abierto para promover una renovación generacional de los protagonistas que ya es una realidad en la militancia.

Tambiín influyo, aunque seguro que en menor medida, la ruptura del Bloque político en el Concejo Deliberante, por la “búsqueda de mejores horizontes” planteada por concejales con mandato hasta 2013, como lo expresó algún concejal a su vez autoridad partidaria.

Considero que la búsqueda de protagonismo individual de cada dirigente o nucleamiento en las fechas emblemáticas del peronismo tambiín abonó la sensación de que se estaba yendo “todo a la mi……” especialmente para quienes siempre encontraron sus certidumbres en el accionar político del peronismo.

En este proceso de “emisión de referencias confusas” hacia la sociedad no están ausentes las organizaciones autodenominadas “propietarias del pensamiento kirchnerista” las que han demostrado las limitaciones de su inserción social , limitaciones que se profundizan, a la luz de los hechos, en relación a la actuación de la agrupación que utiliza el nombre de “la abandera de los humildes” para autocalificarse organizadora social y política de los sectores marginales. Las expresiones de desazón de su propio jefe o propietario ante los hechos y la imposibilidad de aislar a los jóvenes de los ladrones por parte de sus militantes son ilustrativas de la decadencia de las estrategias personalistas negatorias de la diversidad militante del peronismo sanfernandino.

La indignación demostrada ante las acusaciones de Andreotti respecto a la participación de los militantes de esa agrupación en los saqueos y el repudio que realizaron ante las políticas pública del Intendente vecinalista, podrían ser sinceras en tanto tambiín sean autocríticas de las conductas asociativas con el oficialismo que mantuvieron durante muchos meses varios de sus principales dirigentes participando en actos públicos o concurriendo “impúdicamente” a realizar acuerdos con el Presidente del HCD mientras Andreotti despedía a mas de 300 municipales. Todos alguna vez nos equivocamos: es bueno que lo reconozcan.

La sociedad de San Fernando nos ha dado una señal. Deberíamos sentirnos todos responsables de no haber entendido que la derrota electoral no tiene porque ser la abdicación de los valores organizativos fundantes del peronismo rescatados por la Presidenta CFK: “Todos unidos triunfaremos” “Unidos y Organizados”.

La otra gran señal es para el Intendente Andreotti y su grupo político vecinalista: “No estamos ni con el Gobierno Nacional ni con la Provincia, trabajamos con Sergio Massa” afirmo el inefable Aparicio en nombre del Intendente destacando la falta de inserción en un proyecto político de envergadura nacional y reconociendo una soledad política que seguramente es percibida por quienes intentan generar desestabilizaciones provinciales y nacionales, encontrando un eslabón muy frágil.

La soledad política que asume el grupo gobernante en San Fernando tambiín genera ausencia de liderazgo institucional en la ciudad para ser reconocido en la legitimidad del quehacer diario representando a las aspiraciones de los grupos o sectores sociales de la comunidad, muchas veces encontradas.

Haber despedido en un año a cuatro Secretarios del Departamento Ejecutivo sin encontrar reemplazos conocidos, es tambiín expresión de la falta de soporte y “cantera” que tiene Andreotti en los sectores socioeconómicos para los que gobierna.

Tenemos ausencia de liderazgo político en la ciudad en la que la victimización y la negación de la realidad por parte de la familia gobernante esconde, cada vez menos, las limitaciones de una propuesta política nacida en una idea “mágica” de cambio, en un “enamoramiento” con la imagen de Sergio Massa, y en una oferta peronista desgastada por el tiempo.

Pasó un año de gestión y ha llegado la hora que el Intendente no se engañe ni nos mienta y reconozca que el discurso “administrativista” ignora a la población de San Fernando que tiene otras necesidades que no se resuelven con túneles bajo las vías.

Que la realidad política y socioeconómica de San Fernando exige GOBERNAR, dialogar, reconocer a los actores sociales y políticos de una ciudad compleja por lo vitales que son sus expresiones, realidades y proyectos, asumir que la violencia es hoy tambiín una modalidad de relación social de jóvenes no solo sanfernandinos y que las situaciones de marginalidad de algunos vecinos solo alcanzan seriedad en su consideración cuando se invierten recursos en la solución.

Que el San Fernando que íl y su familia (de 8 Secretarias la mitad están a cargo de su esposa e hijo) aspiran a administrar con obras públicas, tambiín tiene necesidad de ser escuchado y valorado en sus grados y formas de pertenencia ciudadana y territorial, y que los jóvenes aspiran a un Municipio presente, activo en relación a sus inquietudes, que destine un poco más que los insultantes $ 49.000 previstos en el Presupuesto 2013 para “Programas de Juventud”.

Que el 23% de la población (cerca de 40.000 vecinos) tienen entre 15 y 29 años y tambiín tienen derecho a que la ciudad donde nacieron los invite a ser protagonistas de un destino común, y no solo a ser pasivos espectadores de un discurso conservador y autista que da por hecho lo que solo son anuncios de cosas por hacer.

Que la integración territorial y el mejoramiento de la convivencia en la ciudad será producto de una actuación colectiva donde el protagonismo es y será de los vecinos con un liderazgo institucional que los exprese: los túneles, las cámaras y los patrulleros solo contribuyen parcialmente y en tanto se verifiquen los resultados prometidos, hoy todavía ausentes.

Que la seguridad se logra no solo combatiendo a los delincuentes sino integrando socialmente a travís de la prevención, y muy especialmente, con los programas sociales -que se han desarmado o devaluado en sus contenidos, consistencia y recursos humanos- y en diálogo maduro, sin victimizarse, con las autoridades provinciales y nacionales.

Que la negación de Programas de Participación Ciudadana, y especialmente de aquellos que ofrecían lugares de expresión a los jóvenes, sólo puede generar recelo en los ciudadanos hacia el gobierno de turno y disconformidad por negarles la posibilidad de opinar sobre la “cosa pública”.

Nuestra comunidad no está desintegrada socialmente ni asolada por la violencia, no hay “guetos” y el espacio público es compartido por todos: requiere liderazgo institucional y asumir que los “vecinalismos” políticos no tienen futuro en una sociedad cada día más comprometida en afianzar un rumbo nacional y provincial con políticas universales garantizadoras de derechos para todos.

Las opciones “vecinalistas” que expresan solo los intereses de algunos sectores de la comunidad sin tomar en cuenta la diversidad social y cultural de la comunidad que gobiernan, sí pueden generar desintegración social y aislamiento político de un Distrito que nunca dejo de formar parte del rumbo nacional y provincial.

* La realidad social y política nos interpela

Si bien el Intendente Municipal es el primer y principal responsable de la dirección de la vida institucional del Distrito, los militantes peronistas no nos podemos sacar el “sayo” respecto al desarrollo de la vida social y política, tanto para evitar la profundización de los daños al tejido de relaciones entre los ciudadanos, como para practicar conductas diarias que muestren que el Proyecto Nacional y Popular que conduce la Presidenta ofrece alternativas políticas locales capaces de revertir el grado de deterioro que tiene hoy el Distrito.

Las conductas “narcisisistas” de los supuestos propietarios de los votos del Frente para la Victoria como las propuestas de organizaciones o nucleamientos o las de representantes electos o la de muy válidos proyectos de construcción de varios compañeros, han mostrado todas sus limitaciones para ser reconocidas como referencias de certidumbres políticas para los vecinos que mas requieren de la presencia del Estado y para construir una oposición seria, eficaz y representativa ante el descalabro “andreottista”.

Considero que la hora de los “vetos” al diálogo entre compañeros ha llegado a su fin, finalización que ha sido impuesta a la militancia por quienes detentan realmente el poder y a quienes nos hemos comprometido a servir y defender: los ciudadanos, los vecinos, el pueblo.

El diálogo para recuperar la confianza entre los compañeros, para reconstruir un sistema de relaciones que permita la presencia territorial articulada, que genere conductas de solidaridad colectiva que señale la presencia transformadora del peronismo, que exhiba un peronismo diverso pero unido en el respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, que ofrezca a los vecinos una oposición con alternativas al discurso oficial local conservador, en suma: un peronismo que vuelva a ser y parecer referencia cierta de certidumbre política en San Fernando.

Un diálogo que tambiín seguramente será alentado por compañeros que desde sus responsabilidades políticas e institucionales en la Casa Rosada, el Congreso Nacional y la ciudad de La Plata, están persuadidos de que el futuro de San Fernando será protagonizado dirigencialmente por una nueva generación que retome las banderas y les otorgue la jerarquía perdida.

Las batallas en que está empeñada la Argentina con la conducción de la Presidenta para que el pueblo pueda vivir cada día más feliz, así como las señales que nos han dado los hechos sucedidos en San Fernando, determinan lo anacrónico que resulta mantener el lastre de conductas políticas que no promueven la generación de políticas alternativas al “andreottismo”y que deben gestarse a partir de diálogo honesto, sin condiciones, sin “vetos”, con una mirada puesta en el futuro: que la población de San Fernando, especialmente los más necesitados de promoción y apoyo, sean partícipes de esta Nueva Argentina.

Fuente: www.zonanortediario.com.ar

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